También llamadas Migas de Pastores, su origen reside en la trashumancia. Los pastores cocinaban migas para afrontar los duros días en el campo al ser un plato contundente que les daba la energía que necesitaban, a la vez que, económico al poder aprovecharse los restos de comida.
Estos pasaban largas temporadas aislados en la sierra para que el ganado comiese y tenían pocos recursos alimenticios. Es por ello que aprovechaban el pan duro que tenían y hacían un plato exquisito con pocos recursos. Elaboradas con migas de pan duro, chorizo, panceta, pimientos, ajo, patatas, agua, sal y pimentón, estamos ante uno de los platos más emblemáticos y deliciosos de la gastronomía extremeña.
Este plato tradicionalmente se elaboraba cuando los quintos se preparaban para ir a la mili. Se invitaba a todos los mozos y amigos del pueblo a comer por última vez una comida para compartir antes de marchar. Los ingredientes son carne de cabra, cebolla, pimiento rojo, pimiento verde, ajo, vino blanco, laurel, perejil, tomillo, sal y aceite.
Un plato típico de elaboración en la matanza tradicional del pueblo. Esta costumbre era una de las más importantes del invierno en el medio rural ya que consistía en matar a uno o varios cerdos con el objetivo de obtener comida para el resto del año y así llenar la despensa familiar.
Los ingredientes necesarios para la realización de la morcilla gorda son: sangre de cerdo o cabra, gordura, pimiento verde y rojo, cebolla, sal gorda, perejil y comino.