Un lugar mágico de origen prehistórico.
Un museo vivo de arquitectura popular. Unos muros que cuentan una historia milenaria.
¿Quieres viajar en el tiempo y descubrir un museo vivo de arquitectura?
El nombre de Rebollar procede de “Rebollo”. Significa monte de roble pequeño en alusión a su situación geográfica en pleno Valle del Jerte. Su carácter de serranía se refleja en su urbanismo, en el que abundan los callejones estrechos y tortuosos. Pese a esa caótica estructura urbana, podríamos decir que Rebollar es un pequeño museo vivo de arquitectura popular. Aleros y balcones casi se tocan y algunas de sus viviendas, como las dos Casas del Canchal se alzan sobre impresionantes moles de granito, dando la impresión de casas colgantes.
Su historia se remonta a tiempos prehistóricos ya que en sus alrededores se han podido encontrar restos de hachas, puntas de lanzas, utensilios de molienda y tumbas antropomorfas excavadas en la roca. De la época del neolítico es la pequeña cueva del “Butracón”.
La romanización también ha dejado testimonios arqueológicos como muestras de numismática, una red viaria de orden secundario, útiles de cerámica, baldosas y pesas de telares halladas en el Cerro Patín, donde también se han encontrado denarios de plata en muy buen estado de conservación.
Posteriormente, durante varios siglos el Valle del Jerte ejerció como zona fronteriza de lucha constante entre cristianos y musulmanes que no se tradujo en dominio estable. Los primeros núcleos poblacionales de estos territorios nacen en el siglo XII. Ejemplos de algunos de ellos son Asperilla, Ojalvo, Peñahorcada, Navaconcejo, Cabezuela, Vadillo, Jerte, Tornavacas, como aldeas ribereñas; y Piornal y El Torno como núcleos serranos.
Rebollar fue fundada por los vecinos de Ojalvo pero posteriormente será dependiente del pueblo de Valdastillas. Ambos formaron parte de la población extinta de Campana de Ojalvo, que desapareció durante el siglo XVII. Resulta interesante conocer que el término de Campana de Ojalvo hacía referencia a la campana de la iglesia que al sonar convocaba a todos los vecinos de los pueblos próximos para conocer las noticias o resolver problemas importantes. A mediados del siglo XIX, Rebollar pasó a la jurisdicción de El Torno, volviendo más tarde a pertenecer al término municipal de Valdastillas hasta su independencia en el año 1929.
En la actualidad, Rebollar es una pequeña localidad acogedora que mira al futuro sin renunciar a su mágico y especial pasado. Un lugar ideal para conectar con la naturaleza y desconectar del resto del mundo.


